ODS18
calidad del cielo nocturno y derecho a la luz de las estrellas

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Tú también puedes contribuir a mejorar la calidad de los cielos con tu firma 

 Fue el 4 de septiembre de 1882 cuando Pearl Street se convirtió en la primera calle del mundo iluminada con luz eléctrica, concretamente con 7.200 lámparas y una estación eléctrica de 900 CV de potencia, una revolución que nos permitió organizar los tiempos y actividades de la sociedad de otra forma.

La sobreiluminación se ha convertido en un fenómeno global que afecta a la mayoría de pueblos y ciudades. La ineficiencia en iluminación provoca un exceso injustificado de consumo energético y por tanto económico e incrementa el nivel de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. Pero no se trata de apagar luces sino de iluminar de forma adecuada y respetuosa con el medio.

El derecho a la luz de las estrellas va más allá del mero disfrute personal. En 1994 la UNESCO incluyó en su Declaración de los Derechos de las Generaciones Futuras la necesidad de seguir protegiendo la noche como parte del patrimonio natural del planeta.

La contaminación lumínica  afecta a la investigación científica, altera hábitats, afecta a los ecosistemas, los ciclos biológicos de las plantas y repercute en las relaciones, orientación, reproducción y fisiología de muchas especies animales. Y no solo de la vida salvaje, sino también de los humanos, ligada a un ritmo circadiano de hormonas y variables biológicas dependientes del día y la noche, de actividad y descanso, donde un desequilibrio de estos factores afecta de manera directa a nuestra salud, como corroboran los numerosos estudios de la Organización Mundial de la Salud. Incluso la UNESCO 

La vida ha evolucionado bajo cielos oscuros, el ser humano ha evolucionado bajo cielos oscuros. Desde ese día de 1882, el uso inadecuado y abusivo de la iluminación exterior especialmente en las zonas urbanas, altera la oscuridad necesaria y hace cada vez más difícil el acceso a la luz de las estrellas.

Susana Malón, de Lumínica Ambiental

Pero no se trata de volver a las cavernas sino de establecer límites razonables y respetuosos con el medio. Esta necesidad de regular el exceso de luz artificial durante la noche hizo a la isla de La Palma pionera, la primera del mundo en desarrollar una ley que regulara los niveles de contaminación lumínica en 1988, la llamada Ley del Cielo, destinada a la conservación de las condiciones de oscuridad en toda la isla para que la investigación en el Observatorio Astronómico de Roque de los Muchachos no se viera perjudicado.

Esta ley se replicó posteriormente en observatorios de otros países como Chile o Hawai, y en otras comunidades autónomas de nuestro país como Cataluña, Andalucía, o la Comunidad Foral de Navarra. Pero estas acciones localizadas no son suficientes.

Es por ello que BPW Spain y la Fundación Starlight han impulsado la iniciativa que defiende la protección del cielo y el acceso a la luz de las estrellas ante la ONU a través de la creación de un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible, el número 18 por la Calidad del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas, para que desde el marco de la Agenda 2030 sea posible el desarrollo de normativa y la inclusión de la noche en el diseño de acciones integrales en el cuidado del planeta. La propuesta ya está registrada en Nueva York, en la sede de Naciones Unidas durante el CSW66, curiosamente en la misma ciudad en la que la contaminación lumínica apareció por primera vez.

La protección de cielo es un tema que nos afecta a todos ya que perder el cielo oscuro supone también la pérdida del patrimonio histórico y etnográfico, tanto tangible como intangible de la humanidad asociado a la luz de las estrellas. Podemos encontrarlas presentes en ámbitos culturales, científicos, medioambientales, antropológicos, estéticos o religiosos a lo largo de toda la historia y en todas la civilizaciones del planeta.

Puedes obtener más información en www.ods18.org, donde además podrás apoyar la iniciativa a título personal aportando tu firma en este Formulario. Pero si eres una institución y deseas adherirte a la iniciativa puedes prestar tu apoyo a través de una Carta Institucional al ODS18.

Una de las empresas punteras que están trabajando en este sentido es Lumínica Ambiental, demuestran que es posible iluminar de forma respetuosa con el entorno natural, con el cielo y con nosotros mismos.

Defendamos nuestro derecho a disfrutar de la naturaleza en su conjunto, nuestro Derecho a la Luz de las Estrellas.

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